La neumonía, es una infección en los pulmones que afecta cada año a millones de personas en todo el mundo. La mayoría de las hospitalizaciones y muertes por esta infección se pueden prevenir con la vacunación y el tratamiento adecuado, ya sea antibiótico o antiviral.

Sigue estas medidas para prevenir el contagio de la neumonía:

  • Higiene: lava tus manos, usa cubrebocas para evitar contaminación y dispersión de gérmenes.
  • Abandona el cigarro: los fumadores tienen un riesgo 4 veces mayor de presentar una enfermedad por neumococo invasiva que los no fumadores. Al quinto año de dejar de fumar, reduces un 50% el riesgo de sufrir una neumonía.
  • Vacunación antigripal: es la única medida preventiva que ha demostrado la disminución de la incidencia y de la mortalidad por neumonía en la población de edad avanzada y en los afectados por enfermedades cardio-respiratorias crónicas. Debe aplicarse en mayores de 60 años, en enfermos crónicos y/o inmunodeprimidos (a partir de los 6 meses de edad), y en todos aquellos trabajadores como: personal sanitario, fuerzas de seguridad, profesores, cuidadores de residencias de ancianos, etc., que entren en contacto con personas de alto riesgo a las que les podrían transmitir la gripa.
  • Vacunación contra el neumococo: eficaz para la prevención de complicaciones como la enfermedad invasiva por neumococo, y el empeoramiento pronóstico en neumonías hospitalarias. La vacuna se debe aplicar a personas mayores de 60-65 años, según el calendario de vacunas de cada comunidad y en personas entre los 2 y 65 años con enfermedades crónicas y en organismos con una baja o nula respuesta inmunológica mediante el tratamiento médico. La pauta de vacunación antineumocócica se considera en las vacunas desde el nacimiento de un bebé de gran parte de las comunidades.