La fibra se encuentra en frutas, verduras y granos integrales; viaja a través del cuerpo sin descomponerse y toma una salida rápida. Entre sus beneficios destacan:

  • Cero calorías
  • Ayuda a la pérdida de peso
  • Alivia problemas de estreñimiento
  • Regula distintos trastornos gastrointestinales.

Además te puede ayudar a controlar los niveles de azúcar de sangre y prevenir la diabetes tipo 2.

Existen 2 tipos de fibra:

La fibra soluble forma un gel en el tracto digestivo, lo que ralentiza la digestión y evita que el cuerpo absorba demasiado almidón y azúcar. Esto puede reducir el colesterol en un 10 – 15%, ayudando indirectamente a la prevención de enfermedades del corazón y derrame cerebral. De forma natural la encuentras en frijoles, chícharos, avena, manzana, cítricos, zanahoria y cebada.

La fibra insoluble ayuda a que los intestinos se muevan rápidamente a través del tracto digestivo, lo cual ayuda a las personas que sufren de estreñimiento. La encuentras en la harina de trigo integral, el salvado de trigo integral, frutos secos, distintas verduras y cáscara de frutas, como las manzanas, arándanos y uvas.