Combinar el ejercicio y una dieta equilibrada durante los primeros meses tras dejar de fumar, ayuda a que no se produzca un aumento de peso, producto del síndrome de abstinencia.

Tanto las mujeres como personas menores a 55 años y quienes solían fumar más de 15 cigarros diarios, son los principales candidatos a notar esos kilos de más. Sin embargo se puede fácilmente neutralizar.

El aumento de peso se produce por la falta de la dosis habitual de nicotina que modifica los procesos termorreguladores y tiene como efecto el depósito de más sustancias grasas en el organismo. Además, también afecta que aumente la ingesta de alimentos debido a la recuperación del olfato y el gusto.

El aumento de peso y la irritabilidad provocados por el ansia de nicotina según los expertos, son una de las más importantes razones para dudar en abandonar el cigarro.

Dichos síntomas están relacionados con el síndrome de abstinencia que se presenta horas después de haber dejado el cigarro, aunque alcanza su máximo, días siguientes y no desaparecen hasta pasando un mes aproximadamente.

En cuanto a los beneficios, hay que recordar que aunque los problemas con el peso inciden más en las mujeres, también son ellas las que obtienen más beneficios, ya que mejora el cutis y retrasa la aparición de arrugas.