La actividad física te dará calidad de vida, ya que trae grandes beneficios para tu salud. Ayuda a prevenir las enfermedades del corazón, y muchos otros problemas, además aumenta la fuerza, te da más energía y puede ayudarte a reducir la ansiedad y tensión.

El practicarla beneficia a todos. Si por alguna condición tuya piensas que no puedes hacer ejercicio, habla con tu médico antes de empezar, él debe saber si vas a iniciar con alguna actividad recurrente, especialmente si tienes problemas en el corazón, presión alta, artritis, si sufres de mareos o tienes dolor de pecho.

El mejor ejercicio es aquel que aumenta los latidos de tu corazón y mueve grupos musculares grandes, tales como piernas o brazos.

Escoge una actividad que te guste y aumenta gradualmente hasta que te hayas adaptado.

Caminar es un ejercicio fácil de realizar y no requieres de ningún aparato.

Empieza haciendo una rutina de ejercicios 3 o más veces cada semana por unos 20 minutos o más, y sigue haciéndolo hasta que llegues a tu meta de 40 minutos. Recuerda que debes practicarlo mínimo 5 veces a la semana.

¿Cuánto me debo esforzar cuando hago ejercicio?

Hasta realizarlo por ratos cortos es bueno para tu salud. Una vez que ya estés acostumbrad@ a hacer ejercicio, trata de mantener los latidos de tu corazón de 60 a 85% el ritmo.

Para averiguar el ritmo ideal de tu corazón en el ejercicio, réstale tu edad en años a 220 (lo que te da tu ritmo de corazón al máximo), y de ahí multiplica este número por 0.60 o 0.85.
Ejemplo: si tienes 40 años, restas 40 – 220 = 180. De este total multiplica por .60 o .85 = 108 o 153.

Al empezar un programa de ejercicio, puedes usar el número más bajo (0.60) para averiguar tu ritmo de corazón máximo. Eventualmente, al aumentar tu acondicionamiento al ejercicio, puedes usar el número más alto (0.85) para averiguar el máximo rendimiento de tu corazón.
Mide tu pulso presionando levemente con 2 dedos en un costado de tu cuello y cuenta los latidos por 1 minuto.