Aunque no lo parezca, el desorden también ocasiona diferentes sentimientos que terminan generando estrés, ¿no lo crees? A continuación te compartimos algunos ejemplos de cómo el desorden también interfiere con tu desempeño diario.

  • Distracción. La vista es muy sensible, y, si a donde quiera que voltees hay desorden es fácil dejar de lado lo que tienes que hacer por hacer otras cosas.

 

  • Frustración. Es fácil perder de vista cosas importantes cuando tenemos desorden y el sentimiento que produce no encontrarlas es el de frustración y la frustración causa estrés.

 

  • Pérdida de tiempo. Tareas de cinco minutos se pueden convertir en actividades de 30 minutos cuando existe desorden, no pierdas el tiempo en buscar cosas entre el caos, un lugar ordenado evita distracciones.

 

  • No te relajas.Una parte de ti siempre está consciente de que existe desorden y que hay que acomodarlo. Mientras más te tardas en arreglar lo que sabes que está desordenado, menos descanso de calidad puedes tener.

 

  • Sensación de culpa o vergüenza. Cuando el desorden es mucho puede llegar a incomodar al punto que te de pena invitar personas a tu casa o que no te deje disfrutar de otras actividades por tener presente constantemente el pendiente de recoger el desorden.

No permitas que el desorden te estrese e interfiera con tu desempeño diario, mantén tus espacios ordenados, fija una tarea y un plazo para cumplirla, esto te ayudará a no distraerte y lograr metas.