Una de las pruebas para detectar el cáncer de próstata es el Antígeno Prostático Específico, PSA, por sus siglas en inglés. Esta prueba consiste en tomar una muestra de sangre con la que se miden los antígenos específicos de la próstata, que son proteínas producidas por las células de la glándula prostática.

Los pacientes promedio presentan niveles de PSA menores a 4 nanogramos por mililitro de sangre, si el PSA es mayor a 10 la probabilidad de tener cáncer es de más del 50%. A pesar de que los resultados de este método no son perfectos, es una forma en la que los hombres pueden tener un control de su salud y sobre todo, hacer una detección temprana de cualquier mal.

Los médicos se encuentran en constante trabajo para que el PSA sea más útil para poder tener diagnósticos específicos, pues el “sobrediagnóstico” es uno de los principales problemas de esta prueba.

En muchos casos, una prueba de PSA puede llegar a detectar cánceres insignificantes que no causarán ningún problema de salud en el paciente y esto puede causar complicaciones, ansiedad y estudios innecesarios.

En 2012, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos publicó en la revista Annals of Internal Medicine una relación entre los datos de seguimiento del Estudio de Exámenes de detección del cáncer y los del Estudio Aleatorizado Europeo de Exámenes de Detección del cáncer de próstata de entre 13 y 11 años.

Para esta relación se examinaron los datos de mil hombres de entre 55 y 69 años de edad que se realizaron la prueba del PSA en un lapso de 10 años. De estos 1000 hombres examinados, de 100 a 120 recibieron resultados positivos falsos que pudieron haber terminado en biopsia y otros 110 hombres recibieron diagnóstico de cáncer de próstata.

A pesar de estas fallas, el PSA sigue siendo una de las principales pruebas para detectar el cáncer de próstata a tiempo y comenzar con el tratamiento prudente para cada caso. ¡Cuídate!