En los alimentos, el hierro se presenta bajo dos formas:

El hierro hemo, presente en alimentos de origen animal como vísceras, carnes, pescados y mariscos (almejas, ostras, etc.)

El hierro no hemo, que se encuentra en los alimentos vegetales como legumbres, frutos secos, verduras de hoja verde o cereales integrales, además en la yema de huevo.

El organismo es capaz de absorber mejor el hierro hemo, aunque la absorción del hierro no hemo puede mejorarse si se combinan los alimentos y los nutrientes adecuados. La vitamina C, presente en muchos vegetales, hace que se forme el dueto perfecto para potenciar la absorción del hierro vegetal.

A continuación mencionamos las verduras y hortalizas que resultan deliciosas tanto en ensalada como crudas y que reúnen estas características nutricionales:

Espinacas crudas: con el calor se pierde hasta un 30% de la cantidad original de vitamina C concentrada en hojas y tallos y hasta un 50% si las espinacas se dejan cubiertas con agua una vez hervidas. El contenido de vitamina C también se reduce considerable con el paso del tiempo desde que se recolecta la verdura hasta que se consume, por lo que se aconseja comer las espinacas lo más frescas posibles. Propuesta: ensalada verde con champiñones, espinacas crudas y tomates frescos.

Rúcula: es una hierba típica de numerosos platos de la gastronomía italiana; desde pizzas y salsas (pesto de rúcula) hasta un ingrediente que matiza el sabor platos de carnes y pescados crudos, como los carpaccios.

Germinados: de soja, de alfalfa. Una mezcla de germinados de elaboración casera es un buen modo de fortalecer el valor nutricional de cualquier plato de ensalada. Ejemplos: ensalada de papa cocida con lechugas en juliana, zanahoria rallada, pimiento rojo fresco, tomate en tacos y germinados.