1. Empieza el día desayunando bien. Es importante desayunar para empezar el día con energía. Si comes poco, solo conseguirás llegar a la comida o a media mañana con muchísima hambre y vas a comer todo lo que encuentres. Lo mejor es que tu desayuno incluya una pieza de fruta, algo de lácteos y cereales.
  1. No pases muchas horas sin comer. Además de que tu cuerpo entrará en un estado de reserva y quema de menos calorías, dejar de comer significa que tendrás mucho más hambre después de algunas horas, y eso hará que comas incontrolablemente. Lo mejor es comer cada 3 horas, y en raciones pequeñas.
  1. Come en platos pequeños. Comerte un plato pequeño lleno de comida y disfrutar de todos los alimentos conscientemente te hará sentir satisfecho, sin excesos.
  1. Comer despacio y masticar bien los alimentos. Dedicarle un buen rato a masticar la comida es muy importante para satisfacer el apetito. Dedicar unos 20 minutos a las comidas serían los necesarios para que el cuerpo quede satisfecho.
  1. Beber mucha agua. Beber la suficiente cantidad de agua reducirá la sensación de tener hambre entre comida y comida.
  1. Controlar el estrés. Muchas personas, al estresarse les da por comer o picotear. Y en realidad es una falsa sensación de apetito, lo único que tienen son nervios que necesitan consolar, en este caso, con comida.
  1. Incluir condimentos en nuestras comidas. De esta forma, nuestros platos tendrán más sabor y serán más saciantes.
  1. Comer siempre sentado en la mesa y sin ver la televisión. Si comemos viendo la televisión, no prestamos atención a lo que comemos y perdemos el control sobre la cantidad. En consecuencia, comeremos mucho más de lo que debemos y más rápido.
  1. Alimentos con fibra ¡Tus mejores aliados! Incluir alimentos con fibra en todas las comidas (verduras u hortalizas) hará que nos sintamos más satisfechos, ya que la fibra tiene la capacidad de ocupar gran parte del estómago, por lo que no tendremos tanta hambre.